Desde que era joven, siempre he sentido una profunda pasión por la carretera abierta y la libertad que proporciona viajar en moto. Ya cumplidos los 40, empecé a viajar en moto y las largas horas en el asfalto, el viento en la cara y el sonido del motor se convirtieron para mí en una meditación en movimiento, una forma de encontrarme a mí mismo y de explorar no solo el mundo, sino también mi propio ser.
Mi travesía personal tomó un giro inesperado cuando descubrí el «Tao Te Ching» de Lao-Tsé. Este antiguo texto filosófico chino, con su profunda sabiduría y su énfasis en la simplicidad, la armonía y la no-acción, resonó profundamente en mi espíritu viajero. Cada capítulo, cada aforismo, me habló de una manera que iba más allá de las palabras, tocando el núcleo de mis experiencias en la ruta.
El «Tao Te Ching» me enseñó a valorar el viaje más que el destino, a encontrar belleza en la simplicidad y a abrazar la incertidumbre del camino. En lugar de luchar contra los elementos y las circunstancias, aprendí a fluir con ellos, a aceptar cada momento tal como es y a encontrar la paz en la aceptación.
Fue esta intersección entre la antigua sabiduría del Tao y mi pasión por viajar en moto lo que me inspiró a escribir «El Tao de la Ruta». Quería capturar y compartir cómo los principios del Tao pueden aplicarse al arte de viajar en moto, cómo cada kilómetro recorrido puede ser una meditación, una oportunidad para aprender y crecer.
En «El Tao de la Ruta», he adaptado los capítulos del «Tao Te Ching» utilizando el simbolismo del viaje en moto y los aforismos que han surgido de mis propias experiencias en la carretera. Mi objetivo es ofrecer una guía que inspire a otros moteros y viajeros a encontrar su propio camino, a disfrutar del viaje con un corazón abierto y una mente serena.
Espero que este libro no solo ofrezca una nueva perspectiva sobre el «Tao Te Ching», sino que también inspire a cada lector a vivir con más libertad, autenticidad y paz, tanto en la carretera como en la vida.
Que cada viaje sea una oportunidad para descubrir el verdadero espíritu de la Ruta.
Quique Franco