San Vicente de la Barquera es uno de esos lugares que, por su belleza y carácter histórico, se ha ganado un lugar especial en la Ruta Transcantábrica en moto. Situada en la costa occidental de Cantabria, esta villa marinera destaca no solo por su impresionante entorno natural, sino también por su rica herencia histórica, siendo un punto clave en el paso entre Asturias y Cantabria. Para los motociclistas que recorren la costa norte de España en busca de paisajes espectaculares, playas vírgenes y un pedazo de historia, San Vicente es una parada obligatoria.
La historia de San Vicente de la Barquera se remonta a tiempos antiguos, y algunos historiadores asocian la villa con la antigua Evencia romana, un puerto de relevancia por su ubicación estratégica en la bahía que forma un doble brazo de mar. Su nombre actual, sin embargo, proviene del mártir aragonés San Vicente, a quien se le dedicó la villa en el siglo XIII. Esta mezcla de pasado romano y tradiciones medievales se refleja en cada rincón de la villa, desde sus monumentos hasta sus costumbres.
Al recorrer la Ruta Transcantábrica en moto, San Vicente de la Barquera aparece como un refugio donde la vida gira en torno al mar. Su posición privilegiada, con los Picos de Europa al fondo y una ría salpicada de botes coloridos, convierte a esta villa en una de las postales más reconocidas de la Cornisa Cantábrica. Para los motociclistas que buscan algo más que carreteras sinuosas y paisajes verdes, San Vicente ofrece una experiencia completa que mezcla historia, naturaleza y cultura.
Tabla de contenido
Las Playas de San Vicente: Un Paraíso para los Amantes del Mar
Una de las principales razones por las que San Vicente de la Barquera es tan atractiva para los viajeros que recorren la Ruta Transcantábrica en moto es su diversidad de playas. Entre las más destacadas están El Rosal, El Tostadero, Merón, Gerra y la misma playa de San Vicente. Cada una ofrece algo único, desde amplias extensiones de arena dorada hasta zonas más tranquilas y apartadas, perfectas para quienes buscan relajarse tras un largo día en la carretera.
La playa de Merón, por ejemplo, es conocida por su tamaño y su oleaje, lo que la convierte en un lugar muy popular entre los surfistas. En cambio, la playa de El Rosal es perfecta para disfrutar de un día más relajado en familia, con aguas más tranquilas y vistas espectaculares a la ría y los barcos que flotan en ella. Estas playas, situadas en el corazón de la villa, son solo algunos de los muchos tesoros naturales que los motociclistas pueden descubrir a lo largo de la Ruta Transcantábrica.
La Puebla Vieja: Un Viaje al Pasado
Para los amantes de la historia, un paseo por la Puebla Vieja de San Vicente es como retroceder en el tiempo. Este conjunto monumental, que ha sido declarado bien de interés cultural desde 1987, es el corazón histórico de la villa. Aquí se encuentran algunos de los edificios más emblemáticos, como la Iglesia de Santa María de los Ángeles, construida entre los siglos XIII y XVI. Este imponente templo gótico, con sus altas torres y su rica decoración interior, domina el paisaje de la villa y es uno de los monumentos más importantes de Cantabria.
Otro punto destacado de la Puebla Vieja es el Castillo de San Vicente, una fortaleza construida en tiempos de Alfonso I, que hoy alberga exposiciones y eventos culturales. Subir a lo alto del castillo ofrece unas vistas impresionantes de la ría y los Picos de Europa, una recompensa visual perfecta para los motociclistas que buscan una pausa en su viaje a lo largo de la Ruta Transcantábrica.
Los Puentes de San Vicente: Belleza y Funcionalidad
San Vicente de la Barquera es también famosa por sus puentes, que no solo son elementos funcionales de la infraestructura de la villa, sino también verdaderas obras de arte arquitectónicas. El Puente de la Maza, con sus 28 ojos, es uno de los más emblemáticos y fue construido en el siglo XVI por orden de los Reyes Católicos. Este puente ha sido testigo de la historia y el crecimiento de la villa, y sigue siendo una de las imágenes más reconocibles de San Vicente.
Otro puente notable es el Puente del Parral, que data del siglo XVIII y que, junto con el de la Maza, forma parte del encanto único de esta villa marinera. Cruzar estos puentes en moto, con el sonido del motor de fondo y la brisa marina acariciando el rostro, es una de las experiencias más gratificantes para quienes siguen la Ruta Transcantábrica.
La Vocación Marinera de San Vicente: Fiestas y Tradiciones
San Vicente de la Barquera es una villa donde el mar lo es todo. Esta vocación marinera se refleja en sus fiestas y tradiciones, que giran en torno al agua y la pesca. Dos de las celebraciones más importantes son La Folía y la procesión del Carmen. La Folía, que se celebra el segundo domingo después de Pascua, es una multitudinaria procesión marítima en la que los lugareños honran a la Virgen en una impresionante demostración de devoción y tradición. Esta festividad ha sido declarada de interés turístico regional y atrae a visitantes de toda España.
La procesión del Carmen, celebrada el 16 de julio, es otra festividad importante en la que se rinde homenaje a la patrona de los marineros. Estas fiestas no solo son una oportunidad para conocer las tradiciones locales, sino también para disfrutar de la hospitalidad de los barquereños, quienes están siempre dispuestos a compartir sus costumbres con los viajeros que llegan a la villa.
Gastronomía: El Sabor del Mar en Cada Plato
La gastronomía de San Vicente de la Barquera es otro de los grandes atractivos para los motociclistas que recorren la Ruta Transcantábrica. Como no podía ser de otra manera en una villa marinera, los pescados y mariscos son los protagonistas de la cocina local. El plato más emblemático es el sorropotún o marmita barquereña, un guiso de bonito con patatas que captura la esencia de la cocina tradicional cántabra. Además, en los restaurantes de la villa se pueden degustar todo tipo de pescados frescos, como el besugo, la lubina o el cabracho, siempre preparados con esmero y acompañados de productos locales.
San Vicente: Una Parada Inolvidable en la Ruta Transcantábrica en moto
Para los motociclistas que siguen la Ruta Transcantábrica en moto, San Vicente de la Barquera es más que una simple parada en el camino: es un lugar donde la historia, la naturaleza y las tradiciones se combinan para ofrecer una experiencia única. Con sus playas espectaculares, su encantador casco antiguo y su rica gastronomía, esta villa marinera se ha ganado un lugar especial en el corazón de quienes la visitan.
Ya sea por su belleza natural, sus monumentos históricos o su vibrante cultura, San Vicente de la Barquera es una parada imprescindible en cualquier recorrido por la Ruta Transcantábrica, un destino donde el tiempo parece detenerse y donde cada rincón invita a descubrir la magia del norte de España sobre dos ruedas.