Diario de viaje en moto al Norte de México. Día 5. Yécora – Hermosillo

Ayer decidimos no madrugar para no tener que hacer frente a las bajas temperaturas de la sierra. Son las 7:30 h y al asomarme por la ventana veo cómo la niebla me da los buenos días. Confío en que cuando el sol comience a ascender, diluya la densa bruma. Aprovecho para revisar a Patagonia y me la encuentro congelada. La pobre ha dormido al raso y tiene una capa de hielo en el depósito, el asiento y el baúl. Nada que no se pueda solucionar derramando agua por encima. Una vez descongelada arranca como una campeona: a la primera, como siempre.

Ya con el equipaje en su sitio, decidimos desayunar y así darle tiempo al sol para que haga su trabajo de diluir la niebla. El desayuno es medio improvisado pues la señora del restaurantito donde cenamos ayer tuvo problemas para arrancar su coche debido al frío y estaba abriendo el local justo cuando hemos llegado. La verdad es que hace un frío que pela.

Los últimos kilómetros de nuestro viaje en moto por la Sierra Madre Occidental

Son ya las 9:20 h y nos despedimos de Yécora. Nuestro destino de hoy, Hermosillo, final de un viaje en moto de 3.500 Km por mi México lindo y querido. Qué territorio tan maravilloso para disfrutar en dos ruedas. Tienes tanto para ofrecer que ¿cómo no voy a tomarlo?

Nada más salir de Yécora nos reciben 140 Km de fantásticas curvas en lo que quede por recorrer de Sierra Madre Occidental. Todavía estoy frío y conduzco con precaución pero a medida que el sol asciende en el cielo y las umbrías se van secando, voy pidiéndole más disfrute a Patagonia que me responde sin defraudar.

Tecoripa. Fin de la Sierra Madre

Llegamos a Tecoripa tras 2:20 h de curvas con firme decente. Hay que cargar combustible para Patagonia. Al lado de la gasolinera se encuentra un puesto de tacos de cabeza a los que Lety es incapaz de resistirse. El ambiente en el improvisado local es de puro camionero. Me encanta. Nos preguntan de dónde venimos con estos fríos y se sorprenden de lo que llevamos recorrido – ¿Desde Puebla? – nos dice el dueño del local escandalizado y riéndose con cara de «qué zumbados estáis». Y es que viajar en moto produce un sentir en los que te cruzas en el camino que es una mezcla de compasión y la admiración. Te conviertes en alguien que no supone una amenaza para nadie y que en la mayoría de los casos, al verte la gente tan vulnerable sacan lo mejor que tienen dentro para ti.

Hermosillo. Fin de nuestro viaje en moto al norte de México

Ya con el buche lleno, ponemos rumbo a Hermosillo por la Federal 16. El territorio cambia y el desierto de Sonora nos da la bienvenida. El desierto de Sonora, también conocido como Desierto de Gila debido al río Gila, es uno de los más grandes y calurosos del mundo. Se extiende por 311.000 km² entre Estados Unidos y México, abarcando partes de Arizona y California en Estados Unidos, así como los estados mexicanos de Baja California y Sonora.

Comienzan las largas rectas características de este tipo de territorios que no sé por qué, tanto me relajan. Debe ser por el paisaje desértico que algo tiene que te lleva a la calma: las lomas en la lejanía, los halcones surcando el cielo y sobre todo los sahuaros que son un tipo de cactus característico y elemento principal de este desierto. Un sahuaro puede llegar a medir 15 metros de alto pero lo que más me sorprendió es cuando me enteré de que para crecer un metro necesitan entre 20 y 50 años. Modo relax ON.

Entre Tecoripa y Hermosillo hay 130 Km que hacemos en 1:20 h. En este tramo desértico tan solo encuentras pequeñas poblaciones como San José de Pimas, La Colorada, El Marroquín, Alonso y algún que otro rancho. Huele a fin de viaje con todo lo que ello conlleva: por una parte la alegría de llegar al destino. Por otra la tristeza de que termina la aventura. Un viaje con cero problemas y lleno de paisajes maravillosos recorriendo un territorio alucinante como es México con gentes maravillosas como son los mexicanos. Hola Hermosillo, ya estamos aquí y aquí termina este viaje en moto por México. ¿Vendrán más? Seguro. Garantizado. Inevitable.